domingo, 9 de diciembre de 2012

LA ÉTICA DEL DESARROLLO SUSTENTABLE

Mi primer comentario se dirige principalmente a gente mayor y el segundo a los jóvenes. ?Por qué? Porque tiene que ver con el tiempo, con la calidad, con la ética. Porque la gente que vivió despues de la Segunda Guerra Mundial, hace cincuenta años, tuvo la oportunidad de conocer productos durables, de buena calidad, que no se deshacían entre las manos. A los jóvenes les ha tocado vivir una época en que todo es desechable; casi me atrevería a afirmar que las relaciones humanas también entran en esta aseveración. Un carro viejo está hecho con lámina y el propio dueño, sabiendo un poco de mecánica, podía o o puede arreglarlo. Lo mismo podríamos afirmar de las telas, los zapatos, etc., que se producían en la época de la posguerra. El mundo había vivido una gran crisis y la necesidad de proteger lo que se poseía era evidente para quienes sufrieron la carencia de todo.
Pero esos tiempos quedaron atrás y la ciencia, con su brazo armado, la tecnología, recorrieron nuevos caminos que nos llevaron a la utilización de fibras sintéticas, plástico, colorantes y saborizantes químicos, el almacenamiento de óvulos y espermatozoides humanos para la fecundación artificial, etc., y una mentalidad de desperdicio que representa claramente las expresiones de "úselo y tírelo" y "desechable". La riqueza y la pobreza adquirieron nuevo rostro, y actualmente el poseer un carro del año, hecho de fibra de vidrio, computarizado, de gran potencia y línea aerodinámica, significa status. La brecha entre los poseedores y los desposeídos es cada vez mayor.

?Por qué hago estas reflexiones? Porque deseo referirme a la naturaleza, a la forma en que el ser humano se relaciona con ella actualmente, a cómo la explota... y hacia dónde nos lleva esta carrera suicida, ya que los ejemplos anteriores se refieren a la presión que el hombre actual ejerce sobre los recursos del planeta. Muchos afirman que esta explotación desmedida se debe al exceso de población, porque, afirman, ya somos muchos. A esta posición se le llama neomalthusianismo y su reflejo más claro está en los países pobres, en donde la población padece políticas que buscan reducir el índice de natalidad, cuando una de las mayores riquezas del hombre siempre ha sido su fuerza de trabajo. El problema es que los hombres piden un salario para su manutención junto con sus familias, y las máquinas computarizadas pueden sustituirlos con mucha ventaja económica.

El problema entonces no sería exclusivamente social, sino económico y ético. Es decir, el dueño de la tecnología de punta (como ahora se le llama), buscaría reducir su número de empleados y por lo tanto, sus costos de producción. Y no es casual que los países desarrollados sean los que encabecen las políticas de control de la natalidad, pero no en sus territorios, sino en donde tienen las materias primas de las que abastecen su producción. El desempleo, como lo estamos viviendo en México y muchos otros países en la actualidad, es un importante agente de descontento y por lo tanto, de inestabilidad política, lo que puede amenazar los intereses de las grandes compañías transnacionales.

Esta forma de desarrollo es la que la humanidad ha venido consolidando en la segunda mitad del siglo XX, propiciando también que más de la mitad de la población mundial se encuentre en la pobreza. Y yo preguntaría ?es esto ético? ?Es justo? Algunos cuantos pensarán que sí y la mayoría pensará que no, ya que los primeros hablarían por su propio beneficio y los segundos en función de su padecimiento. Pero yo repetiría la pregunta dejando de lado el aspecto económico y tomando como parámetros los intereses planetarios, es decir, en funcion de los recursos que son finitos, como ahora hemos aprendido.

Si le llamamos la atención a alguien que deja una llave de agua abierta, seguramente se molestará pues es obvio que no ha comprendido todavía que su conducta está causando un grave daño al mundo entero. El volumen de líquido que consumimos y contaminamos en la actualidad, no puede ser recuperado por la naturaleza, y así encontramos ríos y mares llenos de desperdicios de toda índole. Si le hiciéramos la misma observación al dueño de un hotel de gran turismo o cinco estrellas, yo me pregunto cuál sería su reacción ya que el cliente paga por hacer un uso dispendioso de los recursos: jacuzzi, campo de golf, albercas, cascadas artificiales, etc. Lo más probable es que ese empresario esté pagando altos porcentajes de impuestos por el uso de agua, energía eléctrica, etc., porque un principio que cada vez tiene más aceptación es el de "quien contamina, paga". No obstante, esos servicios son necesarios también para la población que seguramente no tiene la capacidad económica para realizar un gasto así. Pero aun si la tuviera, ?sería correcto?

El problema es que hemos llegado a una encrucijada al final de este siglo y este milenio: o modificamos nuestros hábitos y, por ende, nuestra forma de producir, o en cincuenta años las consecuencias serán violentas. No sólo por los efectos de la contaminación que producimos, sino de la misma existencia de los recursos. Como ejemplo, quiero señalar que las reservas conocidas de petróleo en México están calculadas para 50 años. ?Y después? No creo que nos sea difícil imaginarnos lo que sería del país sin combustible para moverse y producir.

Nuestra deuda externa y la corrupción que sexenalmente nos desangra, no permite que podamos adquirir o desarrollar a nivel de investigación, nuestra propia tecnología y la sustitución de energía tradicional por otra alternativa. Es más fácil para nuestros gobiernos (y más barato al corto plazo) seguir explotando campos petroleros que aprobar la inversión en propuestas que sí se hacen por investigadores mexicanos (carros eléctricos, por ejemplo), pero que chocan con los intereses de los grandes monopolios automotrices (norteamericanos, europeos, japoneses), aunque éstos ya estén trabajando sobre esos aspectos. Tampoco es un secreto para nadie nuestra dependencia nacional, en casi todos los rubros, de las políticas de los países ricos (llamada ahora globalización). Tal vez sirva de consuelo saber que no somos los únicos, de lo que la ley Helms-Burton es un claro reflejo.

Nuestro mercado turístico tradicional es el de Norteamérica, principalmente de los Estados Unidos. Es por eso que la política del sector y la infraestructura de nuestros destinos, se orienta a satisfacer ese perfil y el gigantismo (megaproyectos) que caracteriza los sueños del american way of life encuentra su materialización en marinas, albercas, hoteles, etc. Pero también provoca las consecuencias que los vecinos del norte están sufriendo: la degradación de sus recursos. Aun cuando es verdad que las políticas de desarrollo actual exigen estudios de impacto ambiental para cualquier proyecto turístico, la mordida o la falta de expertos en ese campo, facilitan que los suelos, los bosques, los mantos acuíferos y la atmósfera, amén de la fauna y la flora, se vean afectados gravemente. Cancún (y en poco tiempo Quintana Roo) son la mejor demostración de estas afirmaciones.

El desarrollo sustentable es una estrategia propuesta en 1987 por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y que plantea un principio ético: "es el que propicia el desarrollo de la generación presente sin comprometer la capacidad de la generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". O en otros términos, es la forma en que los hombres y mujeres del presente pueden usar los recursos que son patrimonio de la Humanidad, sin derrocharlos, a fin de que nuestros descendientes encuentren un mundo por lo menos semejante al que tenemos nosotros. ?Lo estamos haciendo? No. Ni a nivel individual, regional, nacional o mundial.

Si la ética es "Parte de la filosofía que trata de la moral y obligaciones del hombre" es evidente que nuestra conducta no sigue los principios que plantea el desarrollo sustentable. Tal vez haya quien piense que la economía no tiene moral y que sus responsabilidades llegan hasta el límite de su hogar y de su familia. Sólo que este enfoque, comprensible en los albores de este siglo, en la actualidad es insostenible porque todos sabemos de la interdependencia que existe entre todos los seres del planeta y con su entorno. Un mundo de pobres no es garantía para que los hijos de ricos puedan crecer sin preocupaciones. Un medio sin recursos no permitirá que se puedan obtener de otra fuente, ya que sólo la Tierra tiene los satisfactores que el hombre necesita para vivir.

No estamos aislados, dependemos de la producción y relaciones que se dan entre todos los países del mundo y todos los seres del planeta. El ejemplo de la Helms-Burton, como decía antes, evidenció que no sólo México, Cuba o Latinoamérica, podían verse afectados por la disposición unilateral de un país. Nuestra conducta y nuestros intereses son interdependientes y así como en un condominio quien no cumple con sus obligaciones, afecta a todo el resto, así la Tierra, nuestra única casa, se ve afectada cuando el hombre no cumple con sus obligaciones ni observa una conducta moral, no sólo en términos religiosos sino sociales, económicos y ecológicos. Es decir, cuando no se comporta de manera ética lo que se traduce en el corto plazo en violencia, inseguridad e injusticia y en el mediano y largo plazos, en un mundo inhabitable.
(Autor: Jorge Chavez de la Péña)

ETICA Y DESARROLLO SOSTENIBLE

El sistema de Naciones Unidas ha servido para crear un espacio para la expresión de ideas diversas sobre ética que antes se limitaban a los terrenos académicos o las confrontaciones políticas por conflictos ambientales locales.

Buena parte de la primera generación de declaraciones insistía en una valoración utilitarista. Obviamente las consecuencias de una posición utilitarista de tono mercantil son muy distintas a aquellas que se basan en el compromiso con las generaciones futuras, pero de todas maneras ambas tienen una perspectiva antropocéntrica. América Latina insistió en que los problemas ambientales se dan en contextos sociales, y no es reflejo de una mera relación individuo – entorno. Esos aportes se expresaron en las referencias a la injusticia, los llamados a la educación, etc., y desembocaban en una ética que exigía una moral social.

Las obligaciones morales con el ambiente se asociaron a la lucha contra la pobreza. La crisis ambiental siempre aparecía indisolublemente ligada a la crisis de la pobreza. En este sentido el debate latinoamericano fue diferente al del hemisferio norte, donde la discusión sobre la ética era más individualista (relaciones individuales con la Naturaleza) y más biocéntrica (valores propios en el ambiente).

Los procesos sociales se postulan como objetivos y se espera que la sensibilidad, afectividad y la ética no invadan la esfera pública y queden relegados a los espacios privados. Sin embargo, la posición tradicional que insiste en el saber científico-técnico como única fuente de resolución de los problemas ambientales no ha sido exitosa, y de hecho algunas aplicaciones de ese conocimiento están en el centro de los debates.

Muchos reconocen hoy que es necesario un punto de partida ético para abordar los problemas actuales. Por ejemplo, el conocido promotor de estos temas, J. Baird Callicott sostiene que la “civilización industrial global, con su infinito poder para la destrucción ambiental, ha eclipsado a la ética ambiental que prevaleció en el pasado”. Las sucesivas crisis en América Latina hacen que se perciba a la extracción de los recursos naturales como la única salida posible para salir de las emergencias sociales, ambientales y económicos, y entonces se generan espejismos de oposiciones entre conservación y progreso con resultados inaceptables.
Justamente la visión productivista tradicional está anclada en una postura que no da lugar a la reflexión ética.

En efecto, la perspectiva del libre mercado sostiene que el mercado por sí mismo generará las soluciones más eficientes. Las apelaciones a una “ética” o a cualquier forma de “justicia” son combatidas ya que abren las puertas a las intervenciones en el mercado desde el Estado o algún sector de la sociedad. De esta manera, la reducción de la Naturaleza a un valor económico sólo permite una “sustentabilidad débil”, mientras que la alternativa es la preservación del ambiente a partir de una pluralidad de valores, no sólo económicos, sino también ecológicos, estéticos, religiosos, etc.”

Frente a ese problema existen varias opciones que permiten esbozar un optimismo moderado.
  • En primer lugar postular una ética ambiental más vigorosa, y por lo tanto, con mayores y más claras consecuencias en las políticas públicas. Por ello no se padece un problema de falta de principios, sino que es necesario pasar de las ideas a la acción.
  • En segundo lugar pasar a la práctica que evidencia no existir voluntad política para efectuar estos cambios que nutren la demanda ciudadana donde las personas presencien interesadamente la crisis ambiental.
  • En tercer lugar, los cambios políticos tendrán un espacio de aplicación a nivel del Estado-nación, por eso es imprescindible incorporar la dimensión internacional, tanto a las agencias de las Naciones Unidas como aquellas derivadas de Bretton Woods o que la ONU tenga preeminencia sobre las instituciones Bretton Woods o cambiar los gobiernos del FMI y el Banco Mundial.
El enfoque ético es indispensable para lograr los cambios políticos necesarios para entrar en el camino de la sustentabilidad, para lograr cambios en las actitudes personales y en las expectativas sociales, modificar “los esquemas mentales: la preocupación por el medio ambiente, el asegurar que los pobres tienen algo que decir en las decisiones que los afectan, la promoción de la democracia y el comercio justo” (Stiglitz).
Ideas finales:
  • La ética es base del desarrollo sostenible
  • El desarrollo sostenible no ocurre sin contenido ético y capital social
  • La ausencia de ética conduce a sociedades no solidarias y gobiernos con altos índices de corrupción
  • Las fallas éticas llevan al debilitamiento de las instituciones democráticas y los medios materiales en que se desenvuelven
  • Una sociedad basada en principios éticos mejora la distribución de riqueza, disminuye la exclusión social, la desigualdad, dota a la mayoría de servicios de calidad y desarrolla mejores prácticas sostenibles.

¿Qué tareas pendientes nos quedan para asegurar el desarrollo sostenible desde una perspectiva ética?

Entre las más importantes y urgentes tenemos:
  • Impulsar un cambio en nuestro sistema educativo que se direccione a una nueva relación con la tierra.
  • Determinar que la asignación presupuestaria de recursos que pasa en nuestras manos en cada legislatura asegure componentes y objetivos de sostenibilidad.
  • Los recursos deben ponerse a disposición de instituciones y de grupos que demuestren tener habilidad para llevar a cabo los proyectos sostenibles.
  • Brindar apoyo político al desarrollo sostenible y a las instituciones u organismos internacionales que tienen en sus manos esa responsabilidad.
  • Las políticas y leyes deben desarrollarse desde una perspectiva completamente holística, que comparta los valores antes mencionados.
  • Los políticos deben velar por sistemas de acceso que permitan alcanzar la sostenibilidad.
  • Incorporar los valores propios de las etnias (pueblos indígenas y sus costumbres) a los que se les reconoce una mayor sensibilidad y respeto por el medio ambiente y sus habitats.
  • Seguimiento permanente y evaluación de las acciones de efectividad y aplicación de los instrumentos internacionales y de la legislación doméstica sobre medio ambiente y desarrollo sostenible, independientemente de los cambios de gobierno, y que se asuma como política de Estado.
En realidad, “la ética y la cultura humana pueden considerarse como una consecuencia de la evolución natural, la ética puede exigir moderación y un ritmo apropiado de nuestras acciones para darles a los procesos naturales una buena oportunidad para compensar nuestros errores” Dürr (1997). Así la justicia distributiva, generosidad, moderación, conocimiento y prudencia, se constituyen en claves éticas del desarrollo sostenible.


Texto copiado del blog de Formación Inicial Docente, lea el original en http://www2.minedu.gob.pe/digesutp/formacioninicial/?p=637#ixzz2EaSyFqd3

domingo, 2 de diciembre de 2012

ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA

Antes de plantear las desviaciones que pudieran suscitarse en el proceso administrativo público y privado, se listarán una serie de características de la administración en ambos sectores:

Administración Pública:
- Su producto o servicio satisface necesidades públicas
- Por ser del Estado sus dirigentes suelen cambiar según la preferencia política.
- Debido a que el capital es público los trabajadores no se preocupan tanto por generar ingresos ni trabajar con eficiencia
- Es financiado por impuestos que han cancelado los ciudadanos.
- En materia legal se rige bajo los parámetros que la ley ha designado para las empresas.
- Los productos y servicios que se ofrecen son de acuerdo a necesidades del pueblo.
- Existe una influencia recíproca entre el quehacer político y la administración.

En base a lo anterior en el sector público podría sufrir tergiversaciones y/o desviaciones en los procesos de:
- Planificación: Pese a que estas organizaciones se encarguen de satisfacer necesidades del pueblo, tienen la capacidad de delimitar fácilmente cual es el problema. Lo cual facilita el establecimiento de los objetivos y los diferentes planes.
- Planificación y Organización: al cambiar continuamente sus dirigentes y el rumbo político del estado, cada vez que se cambie la administración, cambiaran también los planes y las metas del estado, por tanto, muchos planes no llegan a concretarse en el tiempo pautado.
- Dirección: Los trabajadores reciben sueldos y salarios y beneficios conforme a la ley, no obstante algunas veces estos pueden llegar algo tardíos, lo cual va desmotivando al empleado y este se preocupará más por sus intereses particulares obviando los de la organización.
- Dirección y Control: al ser público el capital, es bajo el porcentaje de los que se preocupan por dirigir las actividades y determinar que tan favorables han sido los resultados de las metas propuestas en la etapa de planeación. Y de ese bajo porcentaje la mayoría realiza las actividades asociadas a la etapa de control al finalizar el tiempo estipulado para alcanzar un objetivo, lo cual no les da oportunidad durante el “proceso” de determinar que está fallando.


Administración Privada:
- Su producto o servicio es con fines de lucro
- Debe ser eficiente, de lo contrario la institución iría a la quiebra, o produciría menos de lo esperado.
- Es financiado por dinero de los inversionistas.
- En materia legal es autónoma pero sin violar la ley.
- Los productos y servicios que se ofrecen son de acuerdo a intereses de los inversionistas.
- Compite con otros para permanecer en el mercado.

Como consecuencia de lo anterior el sector privado podría sufrir tergiversaciones y/o desviaciones en los procesos de:
- Planificación: Pudiera dificultarse un poco, debido a la competencia con la cual deben que lidiar, constantemente tienen que hacer planes novedosos, que los beneficien a ellos (los inversionistas) y a los clientes, al ofrecer ofertas atractivas para estos últimos. Teniendo como único objetivo la generación de ganancias.
- Dirección: Pese a su autonomía se suele motivar a los trabajadores, con sueldos y salarios y beneficios conforme a la ley, además de diferentes bonos, capacitación del personal. Garantizando de esta manera que prevalezcan los intereses de la empresa. (No obstante esto suele ocurrir únicamente en empresas grandes)
- Control: Debido a que el capital pertenece a unos particulares, existe gran interés en llevar a cabo la función de control durante todo el proceso. Lo cual permite determinar a tiempo si se esta cumpliendo con lo planeado o no en el tiempo estipulado, y las fallas.

Abreu, L. (s.f) Administración pública vs. administración privada. [Ensayo en línea], Disponible:
http://www.buenastareas.com/ensayos/Administracion-Publica-Vs-Privada/870846.html [Consulta: 2011, Abril 27].

Reyes Ponce, A. (1993) Administración moderna. México: Limusa

Zelaya, W. (2011) Administración pública y privada. [Ensayo en línea], Disponible:
http://www.buenastareas.com/ensayos/Administracion-Publica-y-Privada/1872651.html [Consulta: 2011, Abril 27].    

OBJETIVOS ESTRATÉGICOS PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL

Las prioridades para la Cooperación Internacional No Reembolsable que recibe el país se desprenden de la Política Nacional de Desarrollo. Esta Política se encuentra expresada tanto en documentos de escala nacional como en acuerdos internacionales a los que el Perú se ha adherido. Complementariamente, la Política Nacional se precisa en las Políticas de ámbito sectorial y regional.

Cada uno de los documentos que forman parte de la Política Nacional de Desarrollo del Perú ha sido considerado como una fuente políticamente legítima y técnicamente válida para identificar lineamientos de política. En otros términos, ninguno de los elementos contenidos de dichos documentos ha sido dejado fuera del ejercicio de síntesis de objetivos.

El análisis de la Política Nacional de Desarrollo permite corroborar que, si bien los documentos de política no suelen presentar un orden explícito de prioridades, sí comparten una visión común con respecto a las principales líneas de intervención a favor del desarrollo en el Perú.

Tanto el número como el alcance de los objetivos y políticas identificadas por cada documento difiere significativamente. Algunos documentos presentan unos pocos objetivos extremadamente comprensivos, que impedirían conseguir una focalización eficaz de la cooperación. Otros sugieren numerosas políticas considerablemente detalladas, que dificultarían apreciar las principales líneas temáticas que puede atender la cooperación.

A la luz de este diagnóstico, los objetivos expresados en la Política Nacional de Desarrollo se agruparon en cuatro Ejes estratégicos, descompuestos en doce Objetivos que sistematizan las áreas en las que la Cooperación Internacional No Reembolsable puede complementar las labores del Estado. Cada uno de ellos se detalló en objetivos específicos articulados, totalizando ochenta y seis objetivos específicos.
Las cuatro Áreas Estratégicas para la Cooperación No Reembolsable son las siguientes:
  • Seguridad humana
  • Institucionalidad
  • Desarrollo humano
  • Competitividad sostenible
En el marco de estos ejes, se distinguen doce objetivos estratégicos en los que la Cooperación Internacional No Reembolsable puede complementar las labores del Estado peruano:
A. Seguridad humana
B. Institucionalidad
C. Desarrollo humano
D. Competitividad sostenible
Cabe subrayar que la erradicación de la pobreza no se califica como un objetivo directamente alcanzable a través de la Cooperación Internacional, sino como una consecuencia final de todos los objetivos señalados. Este logro debe ser el resultado integral de la aplicación articulada de las políticas a favor del desarrollo nacional.